Introducción
La mayoría de los objetivos se especifican de tal manera que permiten, a quien se hace responsable de ellos (Participante) y al jefe de esta persona (Jefe Inmediato), garantizar resultados con datos cuantitativos en un tiempo dado. Sin embargo, no siempre es posible evaluar un resultado en función de cantidades asignadas; es decir, no todo puede ser cuantificado. En estos casos, los resultados deben medirse según informes o indicadores cualitativos.
Entre otras características, los buenos objetivos deben de ser retadores y alcanzables, de tal forma que muevan el comportamiento del Participante en una dirección positiva al inducirlo a buscar y lograr los resultados esperados.
Existe una fórmula sencilla que participantes y jefes pueden utilizar para facilitar la tarea de fijar y acordar objetivos.
Ejemplos: “Aumentar la producción unitaria de la Sección “A” en un 5%, mediante mejoras en la eficiencia laboral”.
V.A. = Aumentar (la producción unitaria de la Sección “A”).
C.E. = Mejoras en eficiencia laboral.
N.L. = En un 5%.
“Incrementar las ventas de la zona noreste en 7,000 unidades mensuales mediante una mayor presencia de la fuerza de ventas”.
V.A. = Incrementar (las ventas de la zona noreste).
C.E. = Mayor presencia de la fuerza de ventas.
N.L. = 7,000 unidades mensuales.
Como se puede apreciar en los ejemplos anteriores, es posible distinguir los 3 elementos que constituyen parte de un buen objetivo. Por ser la identificación y definición de estos elementos de mucha ayuda cuando se están elaborando objetivos a continuación se hace una breve referencia de cada uno de ellos.
Autor: Moisés Orozco Madero | Partner de Desarrollo de Talento en Business Goal