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Cómo mejorar el proceso de desvinculación en las empresas

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Últimamente hemos estado viviendo procesos de reducción de personal y despidos masivos en las empresas, por motivos de reestructuración buscando ser más competitivos, por cambios de dirección, cierres de negocios o motivos económicos.

La desvinculación siempre ha sido un tema tabú para las organizaciones, por lo mismo, muchas de las acciones que se hacen durante el proceso se ven forzadas y llegan a ser un poco a la defensiva. Cuanto más se planee el proceso, más fácil será llevarlo a cabo, estando siempre conscientes que hay dos partes afectadas.

Necesitamos entender también que la desvinculación es un proceso natural, y que la responsabilidad de la empresa debería enfocarse, al menos en despidos por causas de reestructura o reducción de plantilla, en el apoyo que se le debe dar al trabajador para que vuelva cuanto antes a incorporarse al mercado laboral. A veces hay colaboradores que tenían más de 10 o 15 años de antigüedad en la empresa y al momento de salir nuevamente al mercado a buscar un trabajo, no saben cómo hacerlo, en qué fuentes buscar o incluso lo más básico, como redactar su Currículum.

Una vez planeado el proceso, viene una parte fundamental que es la Ejecución, el momento de la verdad. El deber ser es que el jefe inmediato comunique, acompañado por personal de RRHH de preferencia, o dependiendo el caso, pueden tener una plática jefe-colaborador primero, y posteriormente pasar a RRHH a firmar.

Si realmente queremos mejorar nuestro proceso de desvinculación, deberíamos planificar cada salida de manera personalizada, me refiero a saber a quién se tiene delante, qué le va a preocupar, que nos puede preguntar, cómo podemos ayudarle, mostrarnos en la mejor disposición. Las empresas deberían tener algún tipo de programa de outplacement o al menos un servicio interno de orientación/apoyo profesional para éste tipo de situaciones donde podamos acompañarle al colaborador en ésta transición, esto a la larga le da credibilidad a las empresas, y confianza y seguridad para la gente que se queda.

Algunas veces las salidas se realizan con el objetivo de que sean lo más rápidas posibles, en algunos casos está bien, depende la situación, tipo y nivel de puesto y por supuesto la política de la empresa, pero se corre el riesgo de que los que comunican prendan su “piloto automático” y no personalizan el proceso. Nunca sabes dónde te vas a volver a topar a esa persona, puede que en el futuro sea tu cliente, o quien te pueda acercar a negocios importantes.

Hace poco me tocó escuchar de unos amigos que estaban pasando por un proceso de reestructura en su empresa y me decían “podemos entender que es necesaria una reducción de personal por temas de estrategia, pero lo que no nos parece son las formas en que los compañeros están siendo despedidos”. Así que analicemos realmente qué imagen queremos proyectar como empresa en éste proceso. Cuidar a los que se van, es cuidar a los que se quedan.